No segundo dia, do 24° Congresso Interamericano de Educação Católica, foi realizado também celebração eucarística, presidida pelo presidente da Associação Nacional de Educação Católica de Costa Rica (ANADEC) e do Conselho da Confederação Interamericana de Educação Católica (CIEC), Frei Walter Loáisiga, ofmc.
Na homília, Frei Walter ressaltou a importância da tarefa de educar, que embora difícil, deve ser realizada com amor, e que todas as pessoas, não somente os envolvidos com as instituições devem ser tocados pelo trabalho realizado pelas escolas católicas.
Veja na íntegra as palavras do Frei Walter Loáisiga
Queridos hermanas y hermanos:
Es muy estimulante recién reemprender nuestras tareas educativas del 2016 con este encuentro, en este vigésimo cuarto congreso interamericano de educación católica, la misma alegría nos produce volver a un trabajo que para todos es una bendición. Hablo de la tarea de educar que, si bien ardua, debe hacernos crecer a todos en esperanza en las nuevas generaciones, a quienes debemos nuestro amor y cercanía. A pesar de las dificultades, Dios nos da la oportunidad de avanzar y a sacudirnos de cualquier amodorramiento, pereza o temor que nos paralice. Es un trabajo que hacemos por amor a Dios, en su nombre y con su fuerza. Por lo cual, la escuela católica debe dar una sola respuestas a todas las dificultades que nos rodean, y esa respuesta es y será Cristo mismo, tenemos la oportunidad de influir en jóvenes que luego, sino desde ya son protagonista de la historia, y no sólo en los jóvenes, sino en sus familias, en el personal de nuestros centros educativos y hasta las poblaciones entorno a nuestras instituciones se deben ver permeadas, tocadas por nuestra labor en la educación católica. Así, podemos trabajar con ello para revertir las realidades duras de nuestros pueblos, desde un cambio, transformación, conversión a la luz del evangelio.
Por eso hermanas y hermanos debemos estar alegres, esperanzados porque el Señor ha estado grande con nosotros y nos tiene hoy acá para dar y darnos en el encuentro con el otro, para retro alimentarnos de las alegrías y también de las tristezas que nos fortalecerán para llevar a buen puerto nuestras labores en la escuela católica.
A dos de las interrogantes que nos planteaban sobre ¿qué tipo de escuela católica queremos? y ¿qué es ser educador católico?
Si, ya nos ha señalado nuestro papa Francisco: que “la escuela católica que requerimos hoy más que nunca, es la del encuentro, de la cercanía, de la fraternidad, de la misericordia, que es la actitud que el mismo Cristo ejerció frente a los que se encontró” “Señor si quieres puedes limpiarme” Si’ nos continúa señalando nuestro papa: “ser educador en la escuela católica es tener la capacidad de traducir en nuestro escenario educativo las palabras del evangelio que alientan, dan esperanza y pueden curar las heridas”. Como el mismo Cristo “Quiero: queda limpio”
Ayer en la pequeña encuesta que nos aplicaron yo con muchos de los presentes respondimos levantando la mano cuando se nos preguntó quienes estaban por primeras en Sao Paulo, si mi primera vez y con manifestación incluida. (Pregunté sobre la manifestación y qué la motivaba, se me decía que era por el aumento del precio del transporte público a tres reales…..) Esta entre otras son las realidades de nuestros pueblos (desigualdades, falta de oportunidades, marginaciones de grupos) y por la cual debemos de luchar desde nuestro ámbito educativo. No, no sólo infundiendo valores, sino a Cristo mismo que transforma todo, cambia todo, limpia nuestras lepras, nuestros pecados y nos hace más humanos, capaces de sentir con el otro, nos hace verdaderos hermanos.
Por lo tanto Hermanas, hermanos hoy tenemos la oportunidad de tomar en este congreso más herramientas para poder seguir trabajando y mejorar la educación católica, como nos lo pide nuestro papa. No, no es venir y escuchar bellos discursos y ponencias sobre la educación, pedir que nos envíen el material y luego quedar cómo un bonito recuerdo o a lo más en otras situaciones señalar, citar lo que aquí se dijo o no se dijo sobre la educación católica, como sucede con otros tantos instrumentos que tenemos.
Confío en Dios que este encuentro nos ayude a realizar los cambios que buscamos y anhelamos para una mejor educación católica. Para que así desde nuestros centros educativos salgan cristianos comprometidos en la transformación para un mundo mejor, abiertos al encuentro con el otro y su realidad para transformar su entorno en más justicia y paz. Señor si quieres puedes limpiarme de mi pecado de pereza en espera que otros hagan lo que yo puedo y debo hacer para que otros te conozcan y te vivan por medio de la educación católica. Señor si quieres puedes limpiarnos….. Y podremos luchar contra los nuevos filisteos y así como aquel hombre curado podremos también anunciarte a los demás. Que así sea.
Fray Walter Loáisiga
Franciscano Menor Conventual
Presidente del Consejo de la CIEC